La famosa prueba de velocidad “las 24 Horas de le Mans”: se convierte en el reto de la puesta a punto para las famosas curvas Porsche. Estas curvas son la parte más espectacular y técnicas del circuito de las 24 Horas de Le Mans. Una sección del circuito, muy exigente, que lleva contra las cuerdas a equipos y pilotos participantes en el evento. Donde el Porsche 911 RSR rueda a más de 300 Km/h por la carretera D338 desde Le Mans hacia Tours y al llegar a las dos chicanes, en plena carrera el Porsche de 515 CV de la categoría GTE avanza imparable apurando los vértices de las curvas. Desde aquí, en cuestión de segundos, llega a las curvas Mulsanne e Indianápolis para, poco después, entrar a negociar la curva Amage, el más lento de los virajes del circuito de 13,626 Kilómetros de la Sarthe. A partir de este punto y en poco tiempo, hacen su aparición las curvas Porsche. Cinco cambios de dirección ultra-rápidos, que representan la sección más llamativa de la pista y que son tan temidos, como amados por la mayoría de los pilotos profesionales. En las cinco curvas Porche, la velocidad fluctúa dentro de un estrecho margen, que va entre los 189 y los 228 Km/h. En cada curva, la fuerza centrífuga que actúa está entre 2,29 y 2,42g. El Porsche 911 RSR recorre la combinación de estas cinco curvas, de aproximadamente un kilómetro, en 17,6 segundos, lo que supone un cuatro por ciento del tiempo de una vuelta completa, que los pilotos profesionales de la categoría GTE-Pro hacen en unos 3:50 minutos. El nombre de este tramo espectacular tiene mucho que ver con la velocidad. Como bien cuenta Gianmaria Bruni “Para mi, trazar las curvas Porsche es como bailar con el coche”.